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lunes, 9 de enero de 2012

Es sólo un hasta pronto, querido amigo Diego Asakuma

No es fácil comenzar un post de estos...no me sentía preparado los días anteriores para tocar un tema tan delicado y triste. Con el pasar de los días, uno lograr tranquilizarse y ponerse a pensar que tu ser querido, en este caso mi amigo, ya se encuentra en una vida mejor, cerca a Dios. Sin embargo, cuesta mucho creer que aquel muchacho al que veías de vez en cuando, quien era tu amigo y del cual guardas muchos y entrañables recuerdos, ya no se encuentre entre nosotros...

La semana pasada, y en especial los días 2-3-4 & 5 de enero fueron interminables para mí, quizás los 4 días más largos, preocupantes y tristes de toda mi vida. Esto a raíz que ha sido la primera persona de mi entorno amical cercano que nos deja para siempre. Recuerdo muy bien que cuando me enteré, quedé helado...la información era escasa aún y mi preocupación mezclada con desesperación me asfixiaban. Una vez que logré armar todos los hechos y darme cuenta de la gravedad de lo sucedido, quedé literalmente en shock, fue una sensación tan terrible que no se la deseo a nadie. El día 3 acudí a primera hora junto con mi amiga Gladys a la clínica a saber cómo se encontraban tanto él como Sebastián, mi otro amigo que también estuvo en el accidente. Una vez ahí, me pude dar cuenta que Sebas se encontraba bien, con algunos raspones propios del momento, pero nada alarmante; sin embargo, Dieguito si se encontraba realmente delicado, luego de oír todo lo que Steph y Miguel Ángel me contaron, al lado de Gladys. Esa mañana, la mami de Dieguito logró entrar a UCI para verlo por escasos 10 minutos y al salir nos contó que había logrado reconocer su voz y le dijo un par de cosas, una de ella fue aquel sueño que sabía muy bien, "quiero sanarme para cuando sea grande tener mucha plata y poder comprarme una casa grande". Nunca olvidaré eso, puesto que yo ya lo había escuchado de su boca con anterioridad. Pues luego de ese corto momento, la mami tuvo que abandonar la sala puesto que el tiempo se había agotado, pero nos quedó una sensación que estaba mejorando lentamente, al menos hasta el momento.

La tarde de ese mismo día 3 y los días posteriores, me traen a la mente momentos hondamente tristes, un dolor profundo abordó tanto mis pensamientos como mis sentimientos. El momento casual casi de cuando me enteré fue desgarrador, lloré solo...simplemente no lo podía creer...y lo peor fue que lo leí de un post escrito por una señora en el grupo que se creó en Facebook para el apoyo emocional hacia Diego. Fue tal vez una de las noches más espantosas que he vivido hasta el momento. Mis papás vinieron y me consolaron en algo, pero en esos momentos no hay palabras que te calmen, es un dolor muy grande. Hablar con mis amigos más cercanos también me pudo tranquilizar un poco; no obstante, la ola de recuerdos y sentimientos encontrados terminaron por sumergirme en un profundo y terrible dolor de cabeza, propio de la tensión acumulada.

El 4 fue un día terriblemente triste para mí. No tuve apetito, mi cara cambió radicalmente junto con mi semblante...mi sonrisa había desaparecido. Alistarme con vestimenta fúnebre me partía el corazón, porque sabía muy bien a quién iba a despedir para siempre. En el velorio, no me sentí nunca solo. Estuvieron acompañándome de una u otra forma, las personas que supieron cuánto quise a Dieguito y con las que en algún momento había llegado a compartir vivencias o simplemente que tuve la oportunidad de presentarles a la maravillosa persona que era Diego Asakuma. Mis amigos de universidad Gladys, con la que pude descargar desde la mañana toda la tristeza que sentía por tan abrupta pérdida, Pierina, mi otra gran amiga que estuvo conmigo hasta la noche, y Gianfranco, quien sin haber llegado a conocerlo en vivo, tuvo un gesto muy noble de darme su apoyo. Por otro lado, mis grandes amigos del cole, Walter, mi mejor amigo, y Andrei, quien sí conocía a Diego y estuvo dándome el apoyo por todo lo que él sabe. Ver a mis amigos destrozados, los mismos que eran como los hermanos de Diego, sólo generaba que botara aún más lágrimas, pero tuve que serenarme para brindarles el apoyo a ellos con palabras de aliento y un gran abrazo. Palabras que confieso salieron desde muy adentro, pues siempre ante esas situaciones soy muy corto de palabra. Pero sin duda el momento más terrible fue el de acercarme al féretro. En primera instancia, lo hice del brazo de Gladys, la impresión fue atroz...pude orar unas cosas y de ahí no tuve fortaleza, la tristeza me ganó. En un segundo momento, Steph nos pidió que lo acompañemos y al verlo llorar a él, hizo que la débil fortaleza que saqué para apoyarlo se desquebrajara de inmediato...lloramos juntos, la impresión era tremenda, nadie lo podía creer.

El 5 fue el día más triste de mi corta vida. Despedir a un amigo es una sensación que es indescriptible. Muchos me decían que "un hijo se prepara emocionalmente para despedir a un padre con dolor y tristeza, pero que un padre despida a un hijo, es un mar de sentimientos desgarradores" y ese día lo pude constatar. No pensaba dejar de despedirme de mi amigo hasta el final y agradezco infinitamente a mi querida amiga Pierina quien fue mi apoyo incondicional en toda esa tarde tan triste para mí. El momento del entierro es terrible, pero ver a tanta gente acompañando a Dieguito hasta el final sólo me hizo confirmar lo buen amigo y lo mucho que se hizo querer en sus 18 años. Lloré demasiado, me bailaron las piernas...recordar tantas alegrías, risas y vivencias juntos era entrañable. Darse cuenta que a aquel risueño amigo ya no lo ibas a volver a ver más, te llevaba a una pena inmensa. La ceremonia me partió el alma...su familia y los amigos más cercanos te hundían en un pesar muy hondo. Por casi 15 minutos mi mente estuvo en otro lugar, recuerdo que Pieri sólo atinaba a abrazarme y a darme agua. Momentos desgarradores sin duda...

Esta es, curiosamente, la única foto que tengo con él y data del mismo 6 de octubre, día de mi cumpleaños, en el cual invité a mis amigos más cercanos a compartir un momento conmigo, él incluído por supuesto:
En la foto: Dieguito - Sebas - Glasi (Gladys) - Steph & Yo. Este es el único recuerdo fotográfico que tengo con él y que por supuesto desde ya pasa a estar en mi tesoro personal. Siempre lo recordaré como el chico chinito siempre alegre, aquel amigo juguetón y bromista que siempre tenía una sonrisa para regalarte, aquella persona que te "trituraba" con sus abrazos de oso, pero sobretodo por la gran calidad humana que tenía. Un chico capaz de hacer feliz primero a sus amigos antes que a él, siempre dedicado, detallista y cariñoso con todos. Amante de usar sus lentes de sol Ray-Ban y fumador empedernido como la frase bien lo indica, como "chino en quiebra". Siempre fuiste una persona de palabra y sincera, nunca deseaste mostrar una cara que no era la tuya a nadie y de eso doy fe A CIEGAS. Ibas a ser un gran biólogo marino, puesto que tu interés y amor por los animales era inmenso...cómo olvidar que te concentrabas tanto viendo Animal Planet...no lo olvidaré :)

Este terrible hecho no me lleva a buscar un culpable, para nada...quizás en algún momento tuve algunas ideas en mente, pero cuando uno se pone a analizar todas las aristas de la pirámide te das cuenta que pasa a ser un asunto banal. Su partida me deja como grandes enseñanzas y moralejas pensar bien antes de hacer las cosas y no dejarme llevar por el momento. Asimismo, desde su partida he procurado usar el cinturón de seguridad en la parte posterior del carro, casi de inmediato lo hacía y pues llegué a la conclusión que para algo están colocados, no son adorno, y realmente llegan a salvar tu vida...si lo hubieses portado, otro hubiese sido el desenlace, pero bueno...Dios quiso que de esta manera se den las cosas y no juzgaré nada ni a nadie.

Dejas un vacío hondo en cada una de las personas que tuvimos el honor de conocerte, de compartir momentos contigo y poder conocer la esencia de tu ser. Tu amistad vale y valdrá siempre oro, eso no lo dudes jamás. Esa señal que me dejaste en el sueño de que ya descansas tranquilo, no sabes cuánto...cuánto...realmente me ayudó a poco a poco darme cuenta que ya descansabas en paz, fue la señal que te pedí en oraciones y la misma que aquella madrugada me ofreciste. Esa oportunidad sólo me hizo dar cuenta que me escuchas, me vigilas y me aprecias por todo lo vivido. Todas las promesas que te hice las cumpliré, ahí siempre estarás para comprobarlo...por lo pronto ayer 9 de enero en la mañana pude concluir con una...pues son las dos personas que siempre me traerán buenos recuerdos de ti. Sé que ahora cuento con alguien a quien dirigirme en mis rezos y a la cual recurrir ante cualquier dificultad...estoy seguro que siempre estarás vigilándome y velando por todos los que te quisimos en vida...por lo pronto te nos adelantaste, pero sé que estás gozando de una vida mejor al lado de tu papi y de Diosito. Algún día nos volveremos a reencontrar, pero hasta ese entonces...hasta siempre Dieguito.....querido amigo.