"El racismo en el Perú"
Desde la época colonial, el racismo ha sido uno de los problemas más serios y difíciles de combatir. La palabra racismo puede definirse como la discriminación hacia una persona tomando como criterio principal la raza de la misma. Muchos pensaron que con la abolición de la esclavitud gracias a Ramón Castilla, este problema desaparecería progresivamente; sin embargo, aún se refleja crudamente en nuestros días. Este texto tiene como objetivo plantear las posibles causas y consecuencias del racismo en el Perú.
El problema racial en nuestro país posee un sinfín de causas; a continuación, detallaré dos de ellas. La primera, parte de la idea de los prejuicios coloniales. En esta época, los españoles consideraban únicamente a los españoles blancos nacidos en la Madre Patria y a los criollos, quienes eran los hijos de españoles nacidos en el Virreinato del Perú. Las personas restantes se dividían en dos grandes grupos: indios y negros; los primeros eran considerados los pecadores por alabar a otras deidades diferentes al Dios católico, por lo tanto, debían ser evangelizados; los segundos estaban condenados a la esclavitud y a los trabajos más crudos, y no eran consideradas personas con derechos para los españoles nobles. Todos estos prejuicios, si bien disminuyeron en crudeza, no han podido ser eliminados del todo con el paso de los siglos. La segunda causa parte de la idea que plantea Juan Carlos Callirgos de la búsqueda de "lo aspiracional" en un texto suyo que habla a cerca del racismo desde una visión sexual. Esta búsqueda de "lo aspiracional" se basa en el prototipo de persona que otros buscan por afinidad o gusto. Callirgos pone como ejemplos varios avisos de periódicos en los que se buscan a "trigueñitos" o "blancos cajamarquinos" como sus tipos de persona ideales. Esta realidad podría parecer normal; no obstante, presenta una connotación de predominio racial implícita ya que estos solicitantes dan a entender que ese tipo de persona es el mejor o superior para ellos, dejándoles como mensaje a los demás que su raza es inferior.
Como es lógico, este serio problema del racismo en el Perú tiene, además, sus consecuencias. La primera de ellas es el reforzamiento de estereotipos. Muchas personas asocian la idea de persona blanca con "dinero y poder" y a los negros o indígenas con "pobreza, suciedad e ignorancia". Desafortunadamente, estas nociones preconcebidas se encuentran muy arraigadas con nuestra propia cultura, a raíz de todas las situaciones que se han vivido a lo largo de nuestra historia, como la prohibición de ocupar cargos políticos los provincianos en la República Aristocrática de inicios del siglo XX. Esta idea de los estereotipos se ve muy bien reflejada en el cuento "Alienación" de Julio Ramón Ribeyro, en donde Roberto López, el personaje principal, buscaba de cualquier forma dejar de ser zambo y pobre para convertirse en un chico blanco y con señales de poder económico, ya que ese era el patrón que la chica que le gustaba estaba buscando. Otra consecuencia es la exclusión que se genera a consecuencia de los supuestos predominios de unas razas sobre las otras. A menudo se ve cómo las personas forman sus grupos sociales por afinidad, pero siempre excluyendo al cholito o al negrito, sin ponerse a pensar el daño que les pueden estar generando a estas personas. Justamente, la última consecuencia aborda el tema del resentimiento social que nace como respuesta a toda la problemática planteada en líneas anteriores y que sólo termina generando violencia, muertes y un mayor desquebrajamiento dentro de la sociedad peruana. Un claro ejemplo de esto es el "Juliacazo", en donde los aymaras consideran que el Gobierno Central no los atiende por considerarlos inferiores o sin importancia.
En síntesis, el racismo en el Perú es un problema grave y complejo que sigue latente en nuestro día a día. Tiene como causas el prejuicio colonial, que engloba una serie de ideas racistas planteadas anteriormente, y la búsqueda de "lo aspiracional" de las personas como predominancia o superioridad racial. Además, tiene como consecuencias el reforzamiento de estereotipos, el blanco encima del indio y negro, la exclusión, la cual busca separar a una persona de algún grupo o lugar por el color de su piel, y el resentimiento social, el mismo que sólo trae como consecuencia la violencia. Luego de presentar todas estas ideas y situaciones que únicamente reflejan el grado de atraso en cuanto a mentalidad que aún tenemos los peruanos, cae por su propio peso la siguiente pregunta: ¿hasta cuándo tendremos que convivir con personas e ideas racistas en un país que busca progresar?
No sé si por omisión o simple descuido, no has mencionado el hecho (mejor o peor refutado) de que a más al norte vamos, más desarrollo económico hay. (Entiéndase que por regla general).
ResponderEliminarEjemplo claro los tenemos en el continente americano: la superpotencia de EEUU frente a la pujanza de Latinoamérica.
Otro ejemplo: El Mar Mediterráneo; a un lado la vieja Europa y al otro África.
Si bien los dos casos son diferentes, representan de algún modo lo mismo.
Podríamos incluso meternos dentro de una misma zona, para ver que no tiene nada que ver con colores de piel. Dentro de Europa, países como España e Italia no pueden compararse, económicamente hablando, con Reino Unido o Alemania.
Quizá no sea solamente el hecho irrefutable de que históricamente, desde la conquista española, se introdujese esa forma de pensar.
Creo que ha pasado el tiempo más que suficiente para cambiar esa mentalidad y, si no ha cambiado todavía, es porque tenemos, por desgracia, ejemplos recientes y latentes de la separación de bienes que existe entre unas zonas y otras.
Verdad...no enfoqué ese punto porque el texto tiene pautas...y preferí sólo tocar los puntos mencionados en el esquema.
ResponderEliminarTienes razón, ya es hora de dejar esas cosas de lado para progresar y eso lo dejó clarísimo en la conclusión. :)