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martes, 6 de diciembre de 2011

"Un Perú diverso: el castellano y el quechua"

Aquí les dejo mi examen final de Lengua-2, obtuve 20, léanlo:

  A principios de año, la por entonces congresista Martha Hildebrandt fue protagonista de un suceso lamentable. Ella era miembro de la Comisión de Educación del Congreso y, al enterarse que la nueva presidenta de la comisión sería Hilaria Supa, decidió renunciar a la misma. Hildebrandt argumentó que era una persona de "bajo nivel cultural", dejando clara su actitud intolerante y discriminatoria. Sin embargo, esta no era la primera oportunidad en la que la lingüista mostraba actitudes de este tipo; allá por el 2006, Hildebrandt pidió que las congresistas indígenas juren sus cargos en español y, más adelante, les exigió que aprendan a hablar castellano para intervenir. Mi persona, como representante de una Asociación que vela por los derechos lingüísticos y culturales, se ve en la obligación de refutar lo expresado por la dra. Martha Hildebrandt. A continuación, presentaré dos argumentos que respaldan mi postura.

  El Perú es un país que alberga una riqueza cultural inmensa, es por ellos que en todo el territorio nacional se hablan decenas de lenguas a parte del castellano, el cual es el idioma oficial. Una de estas lenguas habladas por los peruanos es el quechua, la misma que es considerada como la segunda lengua del país debido al amplio porcentaje de personas que lo hablan. Esta información lleva a deducir que la ex-congresista Martha Hildebrandt no desea aceptar que en el país existe diversidad cultural, la misma que puede ser definida como la coexistencia de varios tipos de cultura dentro de un mismo territorio, según Zúñiga y Ansión. Su actitud de clara discriminación hacia Hilaria Supa hace que también "respalde" la segunda idea falsa de Krotz, la misma que menciona que muchas personas creen que existe una jerarquía entre culturas cuando, en realidad, todas las culturas son diferentes y no pueden ser clasificadas.

  Martha Hildebrandt y su actitud nos dejan un claro mensaje de intolerancia hacia lo culturalmente diverso y, sobretodo, de trabar el camino hacia la inclusión. Resulta hilarante que una mujer tan preparada académicamente y experimentada laboralmente en temas de la lengua y sus variantes, tanto geográficas como adquisicionales según Jorge Pérez, decida poner en práctica una discriminación lingüística que ya debería quedar en el pasado. La tolerancia hacia la variedad lingüística de nuestro país merece ser respetada y promovida por nuestras autoridades y quién mejor que una lingüista tan loada a nivel internacional.

  En síntesis, la actitud mostrada por Hildebrandt es condenable desde todo punto de vista. Ella optó por negar que el Perú es un país culturalmente diverso al intentar prohibirles a las congresistas indígenas que se expresen en su lengua natal. Asimismo, el grado de intolerancia que mostró hacia el quechua se alejó mucho de sus amplios conocimientos lingüísticos ya que decidió excluir a una lengua hablada por millones de personas y respaldada por la Constitución. Los Padres de la Patria son los encargados de promover la inclusión, tolerancia y respeto por todas las culturas que el Perú cobija y eliminar de una vez por todas cualquier índice de discriminación.

martes, 14 de junio de 2011

Habla culta vs. Habla vulgar

¡Habla barrio! vs. ¡Hola!, ¿cómo estás?, 'Ta que el choro me peló mi bobo vs. ¡Rayos! El ladrón me robó mi reloj, o Jameo y me quito a jatear para estar pilas para la chamba vs. Como y me voy a dormir para estar activo en el trabajo...En fin, quién no ha oído en alguna parte expresiones como las antes mencionadas, simplemente están en todas partes. Incluso nosotros mismos llegamos a usar jerga en muchos casos, pero la intermitencia es aceptable; el abuso es condenable.

Suele resultar ameno e incluso divertido escuchar a personas que usan el habla "coloquial" en su uso diario, entiéndase por este al lenguaje utilizado entre conocidos o familiares; aquel lleno de diminutivos, comparaciones, frases o jergas comunes. Inclusive, yo mismo lo empleo día día con mis amigos, ya que hace uso de palabras típicas para todos, además de brindarle el toque jocoso a la comunicación.

Pero enfoquémonos en el tema. Desde siempre, el habla culta ha sido el modelo o guía de todo idioma, en este caso de nuestro español querido. Asimismo, es el que se usa para instruir a alumnos de colegios o universidades y es en el que se basa la RAE (Real Academia de la Española). Se caracteriza por usar palabras propias de diccionario, aquellas poco usadas que al oírlas dan por sentado un alto manejo de vocabulario por parte de esa personas. En nuestro país, la lingüista más reconocida y laureada a nivel local y externo es la Dra. Martha Hildebrandt: lingüista, profesora, congresista y politóloga peruana; famosa por sus ensayos, correcciones, libros y su columna "El Habla Culta".

                       

En la otra cara de la moneda tenemos al habla vulgar. Aquel lenguaje procaz, carente de palabras semánticamente correctas y plagado de jergas soeces. Este habla es característico de personas de escasos recursos económicos, aquellos que viven en pueblos jóvenes y que su acceso a una educación de calidad es precario. Además, es típico del hampa, maleantes, ladrones y pirañitas lo utilizan con frecuencia y con un dominio casi perfecto. Inclusive, ellos mismos manejan una serie de "códigos" que sólo pueden ser descifrados por los mismos. "Causa", "faite", "chaveta", "chaira", "jerma", "fierro" y "choro" figuran entre sus palabras top de preferencia.

No se puede decir que es reprochable el uso y existencia de esta pobre variante del español ya que es la misma que "habita" con ellos en su zona o barrio. Lo condenable es que lleguen a querer imponer esa incómoda manera de hablar con gente que no está acostumbrada. Es realmente un fastidio tener que oír esas palabras en calles, combis y hasta en personas con las que compartes carpeta. Pero no es sólo el lenguaje que utilizan, sino el tono y la voz que emplean...es difícil de explicarlo, pero enfoquen sus mentes en un clásico cobrador de combi, ese ser desarreglado, sucio, tosco y con ese modo de hablar. Sin lugar a dudas, el ejemplo ideal.

Hoy en día, basándonos en cifras, el duelo entre habla culta y vulgar lo viene ganando ampliamente el segundo y por amplio marcador. No sólo porque existe una mayor cantidad de personas en estratos C-D-E, sino también porque las personas de A-B encuentran ya en los culturismos una manera perdida de hablar, por decirlo así. Optamos por hacer uso de un habla coloquial formal, ya que si uno hace uso de todo su profundo vocabulario con personas que no están acostumbradas a emplearlo, uno queda como "huachafo" o simplemente no te entienden. Es por eso que para evitar esos fastidios, muchas personas han y hemos optado por pasar a un habla más común para todos.

Sería triste en verdad que lo cautivante de nuestra lengua se pierda, aquella riqueza semántica que poseemos tanto en definiciones, sinónimos y antónimos, la misma riqueza que no ubica 1°s en variedad de palabras. No perdamos esa magia que el Idioma de Cervantes posee, sepamos bien ubicarnos en qué entorno nos encontramos en cada caso para así saber si empleamos un habla culta, coloquial o formal. Recuerden, lo trascendental es evitar a toda costa que los vulgarismos se extiendan y nos terminen por ahogar, defendamos el habla culta, la misma que te termina por abrir las puertas a muchos lugares.