¿Qué es la vida? Pregunta compleja, demasiado extensa para ser respondida o muy difícil en dar en el blanco. Pues básicamente de eso consiste vivir; se convierte en una mezcla dispareja entre recuerdos, hechos, sueños y emociones. Toda esta masa compacta termina siendo moldeada pacientemente y arrojada a la faz de la Tierra bajo nuestra actual apariencia. Cada uno de nosotros fue en algún momento un pedazo de masa...
Con esto podría dejarse a entrever que uno llega a este mundo ya con un rumbo predestinado, y creo que en parte puede ser cierto. Sin embargo, considero también que la riqueza de una persona se encuentra en cómo llega a alcanzar el éxito personal en base al esfuerzo sacrificado y la constancia bañada en valores. Pero no quiero cerrar esta idea sin sustentar mi idea, tal vez con principios orientales. Creo sutilmente en la predestinación y el karma, todo pasa por algo, y para que ello ocurra ha debido haber una razón previa que haya hecho que se tome la decisión o el movimiento opuesto para que uno no caiga en desgracia. Ya no sé si eso se basa en la suerte personal, alguna manipulación divina, o simplemente en la realidad. Vaya cuestionamiento...difícil de encontrarle respuesta.
Una vez lanzados a sobrevivir en este mundo ya no hay marcha atrás, debemos seguir andando en este tortuoso y misterioso camino llamado "vida". No es sencilla, para qué mentir, una persona pasa por miles o millones de momentos a lo largo de toda su existencia terrenal: llena de emociones, cargada de hechos placenteros, tristes y deprimentes, así como también plagada de sueños cumplidos, truncados o sólo alucinados.
Atravesamos varias etapas en nuestro crecimiento y todas de ellas hermosas, seamos realistas. Desde un simple y curioso bebé hasta un sabio y respetado anciano, cada etapa representa la madurez alcanzada hasta el momento de planteado el pensamiento.
Muchas personas viven en esta "vida" sin ubicar su rumbo o al menos el motor que haga de su existencia una experiencia plena, y eso es realmente penoso. Debido a ello, uno debe constantemente plantearse la incógnita: ¿para qué he sido enviado a este mundo? Esta respuesta o intento de...puede sí tener resultados al menos positivos, algunos optarán por mencionar su carrera, otros por enumerar sus logros personales y muy pocos por reconocer qué fue lo que hicieron mal hasta el momento. Y en esta idea quiero aterrizar, no hay sensación más placentera que la de ser sinceros con uno mismo y aprender a reconocer nuestras faltas y limitaciones frente a algo o alguien, un simple acto de reconocimiento puede llevar a abrir los ojos ante la realidad vista desde otra perspectiva. Además, el perdón es crucial para enmendar miles de situaciones tensas que se pueden dar en nuestro día a día...
Por otro lado, debemos procurar ser felices y hacer felices a los que nos rodean y nos quieren. Nunca permitamos vernos cubiertos por barreras o tapujos de las personas, nadie nos puede impedir alcanzar lo que nosotros deseemos, siempre y cuando no afecte ni agreda al prójimo o a nuestra integridad. Seamos libres y comandemos nuestra nave con nuestra propia visión. Un consejo mío.
Por último, amemos señores! Adoremos a nuestra familia, que nunca, NUNCA nos da la espalda, aun cuando podemos fallarle. Pues es la familia, cómo poder pensar en renunciar u olvidarnos de ella, imposible. Amemos a nuestros amigos, quienes nos acompañan en nuestras alegrías y dolores, y nos aconsejan a seguir siendo nosotros mismos y a nunca separarnos, porque una amistad que nace sólida permanece estable por el resto de la vida. En último lugar, pero no por ello menos importante, quieran mucho a sus parejas o compañeros en la vida, aquellas personas que se entregan desinteresadamente a ti y te ofrecen amor y compañía incondicional....
ÉXITOS :)
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