En los últimos años, ya no es novedad ni mucho menos sorpresa ver u oír en periódicos, noticieros y páginas web, informaciones y reportes sobre adultos metalmente enfermos que abusan de menores de edad, en su mayoría débiles. Pero, ¿cómo nuestro diccionario define esta palabra?, pues pedofilia es definida como una parafilia, excitación diferente a la cópula, que consiste en que la excitación o el placer sexual se obtienen, principalmente, a través de actividades o fantasías sexuales con niños de, generalmente, entre 8 y 12 años. Lo aun más escandaloso es que desde los 16 años, teóricamente, una persona puede ser catalogada como pedófilo, y debe mantener una distancia no menor a 5 años con su víctima. Así de crudo y degenerado es el concepto, y más aun lo son los tipos de persona que se detallarán en los párrafos siguientes.
En primera instancia, se tienen a los clásicos degenerados de barrio, o por decirlo en términos coloquiales: "de la calle". Aquellos seres enfermos que buscan a sus víctimas ya sea caminando por las calles, por medio de algún medio escrito tangible (revistas, periódicos) o por el medio que en la actualidad viene trayendo más casos de este tipo, las redes sociales. Estas personas se dedican casi a tiempo completo a rastrear el mayor número posible de víctimas y cuando llega a seleccionar a su "presa", trata de hacerse de la mayor cantidad de información posible de la criatura, como por ejemplo: los movimientos fuera de casa, horarios, costumbres, gustos, etc. Estos sinvergüenzas por lo general tienen un aspecto externo normal, como cualquier ciudadano normal, por lo que suelen pasar desapercibidos frente a la sociedad; sin embargo, almacenan en sus mentes retorcidas todo el mal que tienen planeado ejecutar. Esta clase de sujetos me hacen recordar a la trama de la película "My Lovely Bones", es realmente cautivante y muy buena, te deja una gran enseñanza, se la recomiendo a tod@s.
En segunda instancia, tenemos a aquellos depravados que se encuentran dentro de la familia del menor. Padres, tíos, y hasta incluso hermanos mayores. Estos pervertidos mentales buscan satisfacer sus bajos instintos con los pequeños e indefensos de la casa. Es realmente asquerosa toda esta situación, hoy que me levanté y prendí mi iPod en la aplicación de Twitter, leí un tweet que decía algo así: "Padre alemán fue arrestado tras ser descubierto vendiendo fotos de sus hijos desnudos por Internet", mensaje que me dejó perplejo y despertó en mí la mayor indignación del mundo. Estos sinvergüenzas pueden llevar años abusando de los menores sin que nadie se entere ya que silencian a los chicos, amenazándolos con que si dicen algo les irá mal...tremendos depravados.
Sin embargo, ¿cuáles son las posibles causas para que estas aberraciones sucedan? Existen varias en realidad, a continuación detallaré algunas: la primera, y principal, es el trauma, resentimiento, o desazón producto de una violación previa, muchas veces sucedida a la edad de la víctima; estos atacantes buscan desquitarse con estas pobres criaturas de lo que les sucedió; la segunda es la baja autoestima debido al fuerte impacto que un abuso sexual puede acarrear a los sentimientos de un pequeño; y la última, es el pobre nivel de socialización, ya que ellos no logran hacer amistades con personas de su edad, sino que suelen refugiarse en la inocente y risueña amistad de un niño, capaz de desbordar alegría y amor, mismos sentimientos que a los agresores depravados les falta.
Ya para terminar con este tema tan triste, debemos tener bien en claro que a los niños se les debe educar sexualmente desde temprana edad, ellos deben conocer su cuerpo muy bien, cada parte con su nombre propio y poder reconocer cuándo una caricia es sincera y cuándo se excede de la misma y pasa a ser pervertida. No calles jamás, si conoces algún caso de estos que se este dando en la actualidad: DENÚNCIALO sin vacilar...tú puedes salvar a una criatura o evitar que un miserable les arruine la vida para siempre. Estemos siempre atentos de nuestros pequeños de la casa, viendo cómo crecen sanamente, alejados de todas perversidades mundanas.
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