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martes, 3 de mayo de 2011

Mi viaje por la selva












Hace 2 semanas, tuve la oportunidad de regresar a una región única y atractiva de mi querido Perú: la selva. La primera vez que tuve la oportunidad de estar allí fue a principios del 2008, cuando visité junto a mis padres la bella Tarapoto, ubicada en el departamento de San Martín. Esta vez, viajé a Amazonas, otro departamento de la selva peruana, más concretamente a Bagua Chica, junto con mis tíos y mi abuelo. La esposa de mi tío, hermano de mi mamá, es natal de allá, entonces nos hospedamos en la casa de campo de sus papás, ubicada en Huarangopampa, a las afueras de Bagua Chica. Ellos tienen hectáreas de arroz por esa zona, lo que hace que el ambiente en esa casa sea espectacular:


Tuve la oportunidad de comer platos que jamás en mi vida había tenido la oportunidad de probar, entre ellos se encuentra el pelibuey, animal producto del cruce entre la oveja y la cabra, de carne suculenta, parecida al cordero; un platillo hecho a base de las vísceras del mismo animal, de presencia parecida a la "sangrecita", aunque debo admitir que su presencia es poco agradable, posee un sabor aceptable; carne seca, que son listones de carne de res secados al sol, parecido al charqui; y, por último, ceviche de trucha, que debo admitir que estuvo espectacular por el sabor diferente que le da el hecho de que sea un pez de río.

Los paisajes no se quedan atrás, es realmente un lugar maravilloso; lleno de verdor, aire puro y clima cálido. Al caminar por los senderos de Huarangopampa puedes cruzarte con rebaños de pelibueyes, ver agricultores trabajando en los verdes sembríos de arroz y hasta apreciar el sol reflejado por las rugosas montañas. Las nubes son otro espectáculo, parecen copos albos de algodón con diversas formas y tamaños.

No obstante, todo viaje de "aventura" tiene sus dificultades, muchas de ellas producto a la falta de costumbre. El clima fue nuestro principal enemigo, un calor abrasador de la mano de un bochorno desesperante, y no es para menos...eran algo más de 35°C al mediodía, clima literalmente "asesino" para un limeño acostumbrado a su cielo nublado y viento constante. Por otro lado, se encuentran los insectos. Sí, fuimos visitados y recibidos por toda clase de animalito artrópodo, rastrero y volador que pudieron haber: toritos toda la noche, esos insectos de cuerpo negro que vuelan por todas partes y se golpean con todo; zancudos a granel! qué usura, teníamos que prender unos aparatitos que los mataban o ahuyentaban y dejar las habitaciones libres una hora, porque sino hubiésemos sido depredados literalmente por las noches; y  tarántulas, aunque no lo puedas creer sí, se introducían por debajo de las puertas caminando velozmente o sino trepaban sigilosamente por las paredes, para el que no está acostumbrado a ver, era escalofriante:


Pero lo que sin lugar a dudas me gustó más de este viaje fue el hecho de conocer la Fortaleza de Kuélap (imágenes del comienzo). Habitada por los antiguos Chachapoyas, sirvió como hogar y a su vez, vigilancia de toda la zona ante cualquier ataque enemigo, es por esa razón que se encuentra en la cima de una montaña a más de 3500msnm. Con paredes de piedra de más de 20 metros, escaleras tortuosas, chozitas estratégicamente armadas, simbología rica en mensaje y una historia muy interesante, Kuélap se termina llevando la corona del paseo. Pese a que la llegada al lugar es pesada debido a las 2 horas y media de viaje y los caminos sinuosos y por ratos nauseabundos, no se llega a sentir del todo aburrido por la cantidad de paisajes para contemplar y pueblecitos para conocer, puesto que se tiene que pasar por varios de ellos para llegar a las ruinas. Definitivamente, fue un placer y un deleite haber podido conocer una fortaleza a la que sólo conocía por imágenes y videos vistos en clase de Historia en mi cole. Un sueño hecho realidad.

Será bien difícil que las siguientes palabras o nombres se me olviden, ya que fueron ejes temáticos de varios momentos en el viaje, y creo que sólo los que asistieron podrán entenderlo, como por ejemplo mi tío Kiko, aquí van: SARCÓFAGOS, EL 10, MARADONA, TOBILLITOS, REYNALDO, EL TITANIC, EL PELUSA, EL MAGNATE, etc. Grandes momentos...

Otro aspecto positivo para mí fue el hecho de haber podido conocer diversos lugares que por primera vez pisaba, entre ellos figuran: Chiclayo, pueblitos de Cajamarca, el puente del Baguazo, Chachapoyas, Pedro Ruiz, Bagua Grande, Huarangopampa, etc. Para la persona que adora viajar y conocer nuevos lugares, este paseo habría sido altamente recomendable e interesante.

Finalmente, no quiero terminar sin antes agradecer a los papás de mi tía Lina (mis tíos) por todas las atenciones, preocupaciones y hospitalidad que sentimos en los días por ahí. Siempre atentos y preocupados por nuestro bienestar, enserio muchas gracias por todo!

Espero que pronto tenga la oportunidad de poder retornar a esa región maravillosa de nuestro país y continuar sintiéndome MUY orgulloso de ser peruano. Por ahora sólo me queda decirles a los de las siguientes fotos: GRACIAS POR TODO!














, y a ustedes lectores míos, DENSE UN TIEMPO PARA CONOCER LUGARES DE LA SELVA PERUANA Y SE CONVENSAN DE QUE EL PERÚ LO TIENE TODO!

2 comentarios:

  1. Muy buen relato del viaje..solo resaltar que existe mucho por conocer en la region..como es ir a Imaza, Gocta, Jaen y el gran patajen...maravillas de este departamento injustamente relegado por la falta de promoción turística e inversión del gobierno central...es increible que no haya una carretera decente hasta kuelap y que solo se pueda visitar 1/3 de la ciudadela..es la tercera vez que la visitaba y los avances son mínimos..una pena!!

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  2. Es cierto, como siempre falta un mayor apoyo del gobierno central para que el INC pueda entregar mayores fondos para las investigaciones. Con respecto a las carreteras, debe haber una mejora YA! Los turistas cada vez son más y no se puede mostrar esas condiciones. Amazonas es hermoso, y su cultura aún más.

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